La guerra de los genéricos

La OMC (Organización Mundial del Comercio) reconoció en 2001, en la Declaración de Doha, que los países en desarrollo para proteger la salud pública pueden promover el acceso a medicamentos a menor coste (genéricos) pudiendo para este fin legislar incluso por encima de las reglas de la propiedad intelectual de la OMC (TRIPS), reconociendo el derecho de los gobiernos a definir lo que consideran como nuevo medicamento.

Cinco años después los países más ricos, apoyando a las poderosas multinacionales farmacéuticas, están intentando que esos acuerdos no sean efectivos. En marzo de 2005 el senador Edward Kennedy acusó a la administración Bush de usar acuerdos bilaterales de libre comercio para restringir el acceso de los países en desarrollo a medicamentos genéricos.

El último capítulo de la guerra de los genéricos tendrá lugar mañana, 29 de Enero, en el Tribunal Supremo de la India: la Farmacéutica Novartis ha presentado un recurso contra la resolución del Gobierno Indio de no aceptar la patente del medicamento anticancerígeno “Glivec” y contra el derecho de la India de rechazar patentes para medicamentos que no sean considerados como innovadores.

Este medicamento se usa hace tiempo en India como genérico y su coste es 200 Dolares/paciente /mes. Si se acepta la patente de Novartis pasaría a costar, el mismo medicamento, 2.600 Dolares/paciente/mes...

Si el Tribunal Superior Indio reconoce la patente sentaría un precedente grave para el uso de genéricos en países en desarrollo y podría hacer cambiar la legislación india en esta materia.

La India es productora de medicamentos genéricos que exporta a países en desarrollo que pueden adquirirlos a ese coste y no al de las multinacionales. Muchos de los antirretrovirales, medicamentos contra el VIH y SIDA, empleados en países pobres son fabricados en la India por lo que, si es obligada a cambiar su legislación, haría peligrar una gran industria que suministra a bajo precio la mitad de los medicamentos contra el sida que se utilizan en el tercer mundo.

Intermon Oxfam y Médicos sin Fronteras han entregado en Barcelona 250.000 firmas a Novartis para que retire el recurso.

La guerra de los genéricos no tiene trincheras visibles...las batallas tienen lugar en los despachos de las empresas farmaceúticas y en los de los altos ejecutivos de gobiernos...ahora ha llegado a los tribunales...pero las víctimas son, como siempre, los más pobres...

LLEGÓ EL INVIERNO

Se retrasó pero aquí está, con toda su crudeza y además no nos podemos quejar mucho después de haberlo echado tanto en falta...
Fin de semana y frio en la calle...buen momento para encender la chimenea y leer...




Sol de invierno
Es mediodía.
Un parque. Invierno.
Blancas sendas;
simétricos montículos
y ramas esqueléticas. Bajo el invernadero,
naranjos en maceta, y en su tonel, pintado
de verde, la palmera.
Un viejecillo dice
para su capa vieja:
«¡El sol, esta hermosura de sol!...» Los niños juegan.
El agua de la fuente
resbala, corre y sueña
lamiendo, casi muda,
la verdinosa piedra.

Antonio Machado

Del Congo al Cantábrico

Ya se pasaron las fiestas y "cada mochuelo a su olivo"...yo he vuelto al mío y desde aquí os envío esta historia real... La emigración me toca profundamente el corazón pero la emigración infantil además me angustia por el desarraigo...esta es la historia de un desarraigo...


Maurice tiene 16 años, a tan corta edad su historia personal es ya muy larga...Nació en Zaire, de madre soltera y adolescente: solo 15 años mayor que su hijo. Creció con los abuelos, la madre marchó pronto a trabajar fuera de la aldea...luego le llevaron a la ciudad con la familia del padre, como la esposa no lo quería pasó a ser el criado de su tio...
Cuando Maurice tenía 8 años su madre emigró a Europa...se afincó en una ciudad del Norte de España donde consiguió ser legal al cabo de un tiempo...y entonces Maurice comenzó a recibir dinero de su madre con cierta regularidad... Cuando recogía los Euros en el banco, le ponían un guardaespaldas para acompañarlo a casa, por eso Maurice pensaba que su madre era muy rica....los envíos eran de unos 100 Euros...
A los 13 años, Maurice emprendió el camino de la emigración... pasó mucho miedo al atravesar el río Congo... de un país a otro, con las mafias o como podía, su madre le iba enviando dinero, los itinerarios están marcados, para continuar el viaje y otras veces realizaba pequeños trabajos para poder comer, así hasta llegar a Marruecos, allí conoció a personas de una asociación que lo protegen.
En Tánger, acogido por otra asociación, pasó varios meses tramitando la agrupación familiar con su madre.
Por fín, está todo arreglado, han pasado 2 años desde que abandonó Zaire y puede viajar a España. Todos le dan consejos de que aproveche la oportunidad que le ofrece la vida...¿quizás por ese punto de desconfianza y agresividad que detectan en sus ojos?...
Me cuentan que no ha seguido esos consejos, por decisión judicial debida a agresiones a la madre, que acabó denunciándole, ahora vive en un Centro de menores hasta la mayoría de edad. Acude a una escuela de formación profesional...
Se pone muy contento cuando la persona que lo acogió en Tánger le llama por teléfono, con ella siempre se portó bién...
¡Pobre Maurice! Su fantástico sueño europeo se rompió...su madre no es rica, en Zaire él era muy rico con el dinero que ella le mandaba pero ahora en España hay que trabajar mucho para salir adelante...
Espero que ayuden a Maurice a quitarse esa agresividad que lleva dentro como consecuencia de esa historia personal tan larga y dura que ya ha vivido a la corta edad de 16 años...